jueves, 5 de mayo de 2011

¿Como utilizar el cine en la educación?


Desde la historia, el lenguaje cinematográfico y las tendencias, han influido en todo tipo de público. Han marcado tendencia y prototipo a seguir.
Desde las bandas sonoras de la película, los personajes, el rol que hace cada personaje, actitudes, valores, comentarios, afirmaciones... influyen en cada uno de nosotros de una manera u otra.
Por lo que en nuestro caso, futuros docentes. A la hora de escoger una película para nuestros alumnos debemos de fijarnos en:

Contenido que queremos tratar.
Mensaje que queremos transmitir.
Emociones.
Sensaciones.
Etc.

A continuación, debemos de estudiar, profundizar en la película seleccionada:

Análisis general de la película.
Valores que transmiten, y si esos valores son positivos o negativos.
Roles que interpretan los actores.
Vocabulario adecuado a nuestros alumnos y además un lenguaje correcto.
A continuación debemos de hacer un análisis minucioso de cada escena para comprovar que va dirigida a los objetivos que queremos conseguir.

El cine nos puede ayudar en la formación integral del niño ya que además de que vean una película y enriquecerse culturalmente, también ellos mismos pueden producir cine, modificar el guión de una película para que la historia cambie...
O también podemos hacer que los niños representan alguna película para desarrollar diversas competencias, o que ellos mismos hagan cine.
Ejemplo: http://www.youtube.com/watch?v=2wNhH3Bb4oM




miércoles, 4 de mayo de 2011

DESCUBRIENDO A FORRESTER

SINOPSIS

Jamal es un joven del Bronx con un don excepcional para la escritura y el baloncesto. Cuando saca la nota más alta de su instituto en los test de inteligencia llama la atención de un exclusivo y elitista colegio de Manhattan. En su nuevo instituto se hace amigo de la estudiante Claire a la vez que conoce a un anciano que vive recluido en un apartamento de su barrio. Este hombre resulta ser William Forrester, el misterioso ganador del Premio Pullizer que lleva desaparecido varias décadas. Desde ese momento ambos construyen una relación cimentada en la confianza y la literatura; Forrester ayuda a Jamal a convertirse en un buen escritor y Jamal intenta que Forrester supere sus traumas del pasado y deje de aislarse. Mientras tanto en el instituto Jamal se encuentra con grandes dificultades para integrarse debido a las grandes diferencias sociales e incluso raciales a la vez que cada vez se estrecha su relación con Claire.




CRITICA:

Una más que interesante película que nos habla sobre la amistad, la lealtad, el éxito, el fracaso, los miedos, sobre la experiencia y el talento innato.
Película típica de tutor y aprendiz, sobre el ir conociéndose y acerca del nacimiento y desarrollo de una relación muy particular que se marca a fuego.
El tema fuerte del filme es la amistad, esa que prevalece frente a las diferencias de edad ya que posee un estímulo común: la pasión por el escribir. El redactar con el corazón, antes que con la mente, el entregarse de lleno a la producción escrita. Así veremos cómo se combina el talento y las ganas de superarse con la aplomada experiencia de quien se dice retirado pero que tiene mucho que enseñar a pesar de estar enemistado con la vida.
Así el enriquecimiento será mutuo, un filme que muestra que siempre hay algo que aprender del otro y que rescata lo positivo.

Desde la historia se puede decir que sigue por allí algunos tópicos del cine americano, ese drama simple y por momentos edulcorado, pero que en realidad vale la pena su visionado porque es un filme intenso a pesar de su dos largas horas de duración, se sigue con buena predisposición ya que las alternativas son válidas y desde lo discursivo se nota que la cinta va dejando huellas en el espectador.

Es de agradecer las actuaciones, esperable la soberbia interpretación del gran Sean Connery como un huraño escritor retirado que se aleja del mundo circundante por un pasado que no lo ha tratado bien. Pero la actuación de la película es la del debutante con apenas 16 años, Rob Brown. El mismo otorga una caracterización soberbia, madura, convincente sobre un adolescente que divide su tiempo entre dos pasiones bastante antagónicas: la literatura y el baloncesto. Realmente me ha parecido digna de mención y combina a la perfección en ese contraste generacional con Connery en los protagónicos.
Tenemos también la participación destacada del "malo" de turno de la película, el carismático F. Murray Abraham en un papel hecho justo para él, como si fuera una especie de antagonista necesario dentro de la historia. Es quien obstaculiza y pone a prueba el talento y la lealtad del joven aprendiz.

Una película que recomiendo sobre todo para dejarse llevar por la relación entre maestro y discípulo, para saber valorar el mutualismo y la simbiosis entre esos dos personajes.


Fuente extraida de www.wikipedia.es

martes, 3 de mayo de 2011

LOS CHICOS DEL CORO

En 1949, Clément Mathieu, profesor de música en paro, empieza a trabajar como vigilante en un internado de reeducación de menores. Especialmente represivo, el sistema de educación del director Rachin apenas logra mantener la autoridad sobre los alumnos difíciles.

El mismo Mathieu siente una íntima rebeldía ante los métodos de Rachin y una mezcla de desconcierto y compasión por los chicos. En sus esfuerzos por acercarse a ellos, descubre que la música atrae poderosamente el interés de los alumnos y se entrega a la tarea de familiarizarlos con la magia del canto, al tiempo que va transformando sus vidas para siempre

CRITICA

  En 1949, Clément Mathieu (Gérard Jugnot), un profesor de música fracasado, es contratado como vigilante en un internado de reeducación de menores. El centro está regido por estrictas y represivas reglas educativas, y su director, Rachin (François Berléand), se esfuerza por aplicar sin éxito el principio de “acción/reacción” para castigar a esos difíciles niños. Disconforme con esos métodos y compadecido con unos niños que sólo tienen el problema de la falta de afecto, Clément ideará la creación de un coro como manera para acercarse a ellos y ayudarles a encauzar su fuerza y rebeldía hacia unas actividades que transformarán sus vidas para siempre. Pero la tarea no será fácil, y precisará una dosis de paciencia y fortaleza, e incluso renunciar a lo más personal.
  Comienza la película con una especie de prólogo en el que dos personajes se reencuentran después de más de cincuenta años. Son dos de aquellos niños díscolos a los que un buen hombre un día les dio una oportunidad que cambiaría sus vidas: son Pierre Morhange, ahora un prestigioso director de música y Pépinot. En un largo flash-back recordarán aquellos tiempos del internado, con una mirada llena de cariño a su amigo Mathieu, cuyo diario tienen ahora entre las manos; el espectador respira ya en estos primeros planos unos aires llenos de nostalgia y agradecimiento, y su pensamiento se va a "Cinema Paradiso", cuando Totó no es causalidad que ambos papeles los interprete Jacques Perrin rememora a su amigo Alfredo el proyeccionista.
  A partir de entonces, sólo queda disfrutar de un viaje a los años 40, cuando los métodos educativos y las teorías psico-pedagógicas no eran muy humanizadoras, y donde las clases eran más una escuela para la vida que un lugar de instrucción; en este punto, la labor de producción artística nos recrea un ambiente verosímil y permite al espectador transportase a otra época con una sonrisa en los labios por la sencillez de esas escuelas de posguerra: es el ambiente recreado en otros grandes filmes como "Adiós muchachos" de Louis Malle o "El espíritu de la colmena" de Erice, que vienen pron-to a la memoria. La tarea de formar un coro que se propone el bueno de Mathieu y humanizar así a través de la música nos lleva a su vez a "Sonrisas y lágrimas", aunque aquí no haya subtrama política ni romántica; Barratier prefiere quedarse con el alma y la mirada de los niños, meterse en su cabeza y en su corazón, para extraer momentos de gran emoción que conmueven al espectador cuando el coro interpreta sus canciones. No se trata de un sentimiento sostenido por unas notas musicales hábilmente colocadas aunque las canciones populares y su interpretación por el coro de Saint-Marc son dignas de elogio, sino que poco a poco ha ido perfilando unos personajes con su rebeldía, orgullo, inocencia, sufrimiento, soledad, sencillez... allí donde un músico fracasado que no una persona fracasada no encuentra más que personas que necesitan cariño y no reprimendas. Es cierto que se caricaturiza la figura del director Rachin, y que juega la baza del contraste para potenciar la diferente manera de educar y ensalzar la tarea del profesor comprensivo y cariñoso, pero se trata de licencias del director para dibujar unas imágenes amables y tiernas del niño por formar..., y del hombre y sus posibilidades.
  Quizá uno de los mayores aciertos de la película esté en el casting. El rostro de Mathieu refleja una bondad natural y una compasión que hacen que su tarea no resulte nada postiza; al pensar en “una cara de ángel” como le define cínicamente un profesor enseguida pensaríamos en el niño Morhange y su voz angelical, y para un pequeño que todos los sábados espera inútilmente porque han muerto a que sus papás vengan a recogerle... quién mejor que Pépinot.  Película llena de encanto y emociones, que gustará a todos. En Francia ha sido un grandísimo fenómeno popular, y es su candidata a los Oscars®. Nuestra sociedad necesitaría muchos “Mathieu”: bienvenidos sean.

Fuente extraida de www.labutaca.net